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- publicado 22.10.2021
- por Cuenqueando
Los Callejones de las Majadas
Hay en la Serranía de Cuenca un espacio de naturaleza poco conocido, pero cuyos
valores naturales y paisajísticos estamos seguros de que no os dejarán indiferentes. Este espacio es el de Los Callejones de Las Majadas. Hoy desde Cuenqueando os invitamos a conocerlo un poco mejor.
La visita a Los Callejones de Las Majadas nos permitirá descubrir un peculiar parque
geológico situado en el corazón del Parque Natural de la Serranía de Cuenca. Los Callejones son un gran lapiaz calcáreo originado por el efecto erosivo del agua sobre este tipo de roca. Todo este paisaje son los restos de lo que en un día fue un gran macizo calcáreo acumulado durante millones de años en el fondo del Mar de Tetis en el periodo Mesozoico, en la época de los dinosaurios. Tras el afloramiento del macizo calcareo y con el paso del tiempo, se fueron formado profundos desfiladeros y gigantescas formaciones testigo. En estas rocas, usando nuestra imaginación, podemos observar diferentes figuras que pueden llegar a recordarnos a las criaturas de la época en la que se formaron.
Las caprichosas formas de Los Callejones han dado lugar a multitud de microambientes donde encontraremos una gran biodiversidad vegetal. Destaca la flora rupícola (plantas adaptadas a la vida sobre la superficie de las rocas), cuyas especies encuentran en los diferentes rincones de Los Callejones de Las Majadas lugares perfectos para vivir. Una
serie de senderos bien indicados nos guían por el intrincado laberinto que forman Los Callejones, en estos senderos, encontraremos además carteles que conforman una guía botánica de las especies más representativas del recorrido. Y si después de realizar esta ruta te entra hambre te recomendamos Los mejores restaurantes de la Serranía de Cuenca.
Muy cerca de Los Callejones y como perfecto complemento a su visita, se localiza el Mirador del Tío Cogote, que está colgado sobre el barranco del Molinillo permitiéndonos unas impresionantes vistas del Cañon del Río Jucar. Desde aquí podremos además ver
las cercanas buitreras y el vuelo de buitres leonados, alimoches y otras aves que viven en las paredes rocosas de esta parte de la Serranía de Cuenca.