Tesoros del Renacimiento: El Convento de Jesús y María en Huete

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Tesoros del Renacimiento: El Convento de Jesús y María en Huete

Tesoros del Renacimiento: El Convento de Jesús y María en Huete

Uno de los edificios más simbólicos y significativos del Renacimiento en Cuenca es el Cristo de Huete, aunque si buscamos esa dirección en un mapa nunca nos aparecerá. Su nombre y apellidos es Convento de Jesús y María, y su portada junto con su claustro es una de las fotografías más repetidas de la ciudad. Y precisamente de fotografía este edifico sabe un poco, ya que alberga en su interior el Museo de Fotografía de la Fundación Antonio Pérez, uno de los pocos museos enfocados a esta temática en España.

El origen del convento se remonta al siglo XVI, cuando Marcos de Parada, Arcediano de Alarcón, uno de los importantes miembros que esta familia tuvo en Huete, decidió levantarlo como obra pía con la función de futuro panteón familiar. Los Parada se dejan notar en todo el edificio, y su escudo es uno de los motivos más representados en sus paredes, tanto en la portada de la iglesia como en las 4 esquinas del convento. En un momento de Humanismo y de propaganda personal, había que evidenciar ante la población quien era el promotor de tan magna obra. La portada de su Iglesia conjuga todos los elementos del Renacimiento que en Cuenca tanto se dejaron ver: arcos de medio punto, casetones, columnas corintias, tímpano semicircular, etc. Su escena principal, la Adoración de los Pastores, es de una traza impresionante a pesar de estar hecha en la siempre endeble arenisca, y sus supuestos autores, Valdelvira y Jamete, plasmaron para Huete una de sus portadas más famosas.

Sobre la portada de acceso al claustro nos encontramos el escudo de Don Marcos, dos sierpes aladas enfrentadas que recogen en su interior tres franjas. A ambos lados del escudo nos encontramos dos medallones con una gran simpleza en ejecución pero con una riqueza iconográfica. A la derecha está representada una calavera, que nos recuerda lo efímero de la vida, su fugacidad y su fragilidad. Y a su izquierda nos sorprende la figura de una grulla en su nido que sostiene una piedra con una de sus patas. Simboliza esta grulla la vigilancia, las grullas mantienen una piedra para no dormirse, y si lo hacen cae la piedra y se despiertan; es por ello que este símblo se utiliza como iconografía de la atención que hay que tener para no caer en la tentación de los vicios terrenales. Un gran discurso en dos breves medallones.

Una vez en el interior el claustro sirve al visitante como distribuidor del edificio: todo gira en torno a él. Dos pisos con una arcada de medio punto y medallones que simbolizan el poder económico de esta familia. El claustro y las galerías del convento han visto pasar de todo, desde las monjas Justitinanas que lo habitaron hasta un colegio que dio sus últimas clases allá por mediados del siglo XX, pasando por Hospital durante la Guerra Civil. Su estado de conservación hasta los años 80 no fue precisamente bueno, recuperándose paulatinamente desde entonces.

Desde el año 2015, el Convento de Jesús y María, se ha convertido en Museo de Fotografía, albergando entre sus pasillos dos ediciones de PhotoEspaña y obras de Santiago Torralba, Luis Escobar, Vicente Tofiño o Isabel Muñoz —Premio Nacional de Fotografía—. Espacios nuevos para tiempos distintos que convierten este edificio de piedra en una plasmación de las nuevas artes. La colección permanente de la Fundación Antonio Pérez se conjuga con exposiciones temporales de los artistas más destacados de este campo.

El Museo de Fotografía de Huete os espera con los brazos abiertos los sábados de 11:00 a 14:00 y 16:00 a 18:00 y domingos de 11:00 a 14:00 para mostraros todos sus tesoros, los antiguos y los contemporáneos.



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